Volver al mar

Puntarenas, Costa Rica. 19 de mayo, 2020

Desde agosto del 2017 que empecé a entrenar surf adaptado no tenía tanto tiempo (2 meses) sin meterme al mar. El Coronavirus que puso al mundo de cabeza tuvo repercusiones en la vida cotidiana de todos. A mi, lo que más me afectó fue estar lejos del mar, me sentía mal, sofocada, sin poder desconectarme ni un segundo de las preocupaciones. Hoy puedo decir que volví a balancearme y sentirme en paz.

A partir del 18 de mayo 2020, el Ministerio de Salud dio el aval para que se pudiera practicar el surf de 5:00 a 8:00 am, de lunes a viernes. Recibí esta noticia feliz, como todas las personas que amamos el mar. Ese mismo lunes, apenas me fue posible, hice camino hacia Jacó para surfear el martes temprano. Me fui con mi hermano que está dentro de mi burbuja social, para que me asistiera entrando y saliendo del agua.

No soy una persona mañanera, pero las ganas de ir al mar a practicar el deporte que tanto amo, hicieron que saltara de la cama a las 3:30am para comer algo y alistarme. Iba amaneciendo y conforme el sol salía, iba llenando y calentando mi alma de una felicidad enorme por volver al agua.

Salimos rumbo a Playa Agujas, donde las condiciones eran favorables para surfear esas olas izquierdas tan buenas que se hacen ahí. Mientras estiraba y calentaba para entrar al agua, fueron llegando amigos y conocidos a surfear en el mismo lugar. Después de un par de meses sin vernos fue extraño mantener ese distanciamiento social y abrazarnos solo con la mirada y las palabras.

Mi hermano me alzó a caballito para entrar al agua. Ese primer contacto después de 2 meses de separación fue más cálido de lo que imaginaba. A pesar de la hora, la temperatura del agua era tibia y llenó mi alma de paz. Empezar a remar hacia el lineup fue volver a casa, a ese lugar donde dejo las angustias y me recargo de energía.

Eran varias personas en el mar, todas distanciadas y pendientes de agarrar la próxima ola. Al principio sentí temor de irme en la ola y chocar con alguien. Pero una vez que lo hice, me volví a sentir libre! Todos estabamos disfrutando responsablemente, surfeando, hablando y haciendo bromas.

Estaban en el agua 2 de mis entrenadores, Maikel y Marcel, quienes me ayudaron a agarrar olas increíbles, apenas para tener un regreso épico e inolvidable. Eran olas pequeñas, pero bien formadas y divertidas. Ver como todos disfrutaban me llenó de una energía súper linda.

Esas 3 horas de alegría pura solo se pueden definir con una palabra africana, que encierra toda una filosofía que se aplica 100% a la comunidad del surf adaptado: “ubuntu: soy porque somos”. Yo soy feliz de ver a los demás ser felices agarrando olas y pasando un buen rato, y sé que todas las personas ahí sentían lo mismo.

Niños, jóvenes y adultos por igual salimos a la hora que correspondía. Ninguno quiere volver a pasar tantos días sin hacer eso que tanto disfrutamos. 3 horas de lunes a viernes es lo que tenemos por ahora, y vale la pena seguir las recomendaciones del Ministerio de Salud, para contar con este espacio de recreación y deporte que tanta falta nos hacía. Y ojalá que pronto sean unas horas más.

Volver al mar es volver a sentirme viva y balanceada. Tener un espacio físico y mental para soltar preocupaciones, vivir el presente y llenarme de energía. Fue mucho tiempo separada del mar, pero hoy lo valoro más que nunca. El mar es vida y salud, para mí y para muchos.

Surfeando olas pequeñas y divertidas en Agujas. Post-Covid19

Publicado por nataliavindas

Hola! Soy Naty. Me encanta viajar, surfear y trabajar temas de accesibilidad e inclusión. Soy usuaria de silla de ruedas desde el 2008. Con ella he aprendido a aventurarme, disfrutar el mundo y conectar con otras personas a través de la empatía, la gratitud, el coraje, la pasión, la fortaleza y la alegría.

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