El Mundial de Surf Adaptado 2018

Ser atleta de surf adaptado me ha enseñado muchas cosas, principalmente a competir conmigo misma y vencerme día con día. Teniamos objetivos muy claros para el torneo, algunos no se cumplieron como las medallas, pero EL objetivo que trabajamos todo el año sí que lo cumplimos todos: llegamos al IV Mundial de Surf Adaptado siendo una mejor versión de nosotros mismos.

El Mundial del 2017 fue una primera experiencia: el agua fría, conocer otros atletas, salir a competir a otro país… Todos nos enfermamos y yo además me fisuré una costilla entrenando allá. Este 2018 fue distinto: ya sabía a lo que iba, había entrenado todo el año, Kotex me patrocinó un chuzo de tabla hecha a mano por Jefferson Tascon y aunque todavía cargaba muchas inseguridades, me sentía mas preparada.

Al Mundial del 2018 llegué sientiendome más fuerte que el año anterior, pero no gané ninguna medalla para mi país. Fue duro, lloré cuando salí del hit de semifinales, me equivoqué y me caí en la ola que me hubiera llevado a la final.  Todos lo sufrimos. Todos vivimos las alegrías y las tristezas de todos los miembros del equipo.

Y es que somos más que un equipo deportivo, Surf Adaptado Costa Rica es una familia que traspasa las fronteras de nuestro país. Se suman a nuestra pasión personas y familias enteras de otros países, que nos dan palabras de ánimo, nos apoyan a recaudar fondos, nos prestan tablas de surf, wetsuits, nos llevan comida… Compartimos con ellos momentos de alegría y tristeza, no sólo durante el mundial, sino todo el año. Somos  parte los unos de los otros, somos parte de algo que es mucho más grande que cada uno individualmente, esto lo sabemos y lo agradecemos!

Este 2019 voy con más ganas, entrenando más, buscando más espacios para competir. Quiero crecer, quiero ganar, no sólo por mí, sino por esas personas que nos acompañan en esta aventura, y por todas las que vienen. Quiero fomentar más espacios deportivos para personas con discapacidad, quiero incidir, inspirar. El surf adaptado, mis compañeros y coaches, me han ayudado a ser una mejor versión de mí misma. Todavía tengo mucho por aprender y mucho por mejorar, pero sé que con perseverancia, esfuerzo, amor y la calidad de personas que me rodean, el cielo es el límite.

Para leer este post en inglés, seguí el enlace: The 2018 World Adaptive Championship